miércoles, 24 de febrero de 2010
Me salió un versito (XV)
Breve intervalo de poesía ¿poesía?
A Fidel
¿Recuerdas comandante
tu larga marcha por la sierra?
¿La sombra de los bosques?
El verde húmedo
de las enredaderas?
Seguro que recuerdas
el quejido postrero
de los hombres,
la niebla del combate,
la pestilente danza
de las moscas
sobre la muerte nueva.
¿Y recuerdas quizás
los viejos sueños?
¿Acaso alguna
de aquellas esperanzas
veinteañeras?
Sin embargo seguro
tu memoria
guarda Playa Girón,
y los guiñapos negros
que el fósforo moldeó
con vida ingenua.
¿Rememoras acaso
que en los tiempos aquellos
todo estaba al caer,
como en espera?
Pero, seguro estoy
que hoy reflexionas
si todo aquel ayer
valió la pena.
De seguro sabrás,
todos sabemos,
ellos lo saben
pero también nosotros,
que nadie, nadie
tiene la respuesta.
Porque todos sabemos
que en la vida
se amasa en roja sangre
la esperanza.
A veces me parece suficiente
y a veces, te confieso
no me alcanza.
Porque la sangre fué
para tan poco ¡tanta...!
Allí está el Papa
dando sus sermones
y te suben las sombras
por la cara,
y todo está a mi ver
como era entonces,
y ha desgastado
el uso a la esperanza.
Pronto te irás al fin,
sobre tu tumba
caerá en escombros
lo que levantaras
y serás otro Lenin, maldecido
por tu querida América,
la indiana.
Cambiarán no lo dudes,
honor por Coca Cola,
dignidad por jabón
y hermandad
por camisas importadas.
Y aunque todos sepamos
que en la vida
se amasa en roja sangre
la esperanza,
a veces
me parece demasiado,
a veces, te confieso,
no me alcanza.
A Fidel
¿Recuerdas comandante
tu larga marcha por la sierra?
¿La sombra de los bosques?
El verde húmedo
de las enredaderas?
Seguro que recuerdas
el quejido postrero
de los hombres,
la niebla del combate,
la pestilente danza
de las moscas
sobre la muerte nueva.
¿Y recuerdas quizás
los viejos sueños?
¿Acaso alguna
de aquellas esperanzas
veinteañeras?
Sin embargo seguro
tu memoria
guarda Playa Girón,
y los guiñapos negros
que el fósforo moldeó
con vida ingenua.
¿Rememoras acaso
que en los tiempos aquellos
todo estaba al caer,
como en espera?
Pero, seguro estoy
que hoy reflexionas
si todo aquel ayer
valió la pena.
De seguro sabrás,
todos sabemos,
ellos lo saben
pero también nosotros,
que nadie, nadie
tiene la respuesta.
Porque todos sabemos
que en la vida
se amasa en roja sangre
la esperanza.
A veces me parece suficiente
y a veces, te confieso
no me alcanza.
Porque la sangre fué
para tan poco ¡tanta...!
Allí está el Papa
dando sus sermones
y te suben las sombras
por la cara,
y todo está a mi ver
como era entonces,
y ha desgastado
el uso a la esperanza.
Pronto te irás al fin,
sobre tu tumba
caerá en escombros
lo que levantaras
y serás otro Lenin, maldecido
por tu querida América,
la indiana.
Cambiarán no lo dudes,
honor por Coca Cola,
dignidad por jabón
y hermandad
por camisas importadas.
Y aunque todos sepamos
que en la vida
se amasa en roja sangre
la esperanza,
a veces
me parece demasiado,
a veces, te confieso,
no me alcanza.
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