martes, 15 de diciembre de 2009

Hay mal ambiente (III)

La posición ecologista en una muy amplia serie de temas podría titularse con un antiguo y sabio dicho popular "Quieren la chancha y los veinte". La verdad no sé el orígen ni la antiguedad del dicho, pero tiene que ser muy antiguo, pues indudablemente se refiere al valor de compra de una chancha, y una chancha vale hoy muchísimo mas que veinte pesos, dólares, libras, euros, rublos, yenes, yuanes o cruceiros.
Y que la posición ecologista pueda encuadrarse en una contradicción tan antigua indica claramente su ¿Ingenuidad?, ¿Boludez?, ¿Hipocresía?.
A través de esta entrada y sucesivas vamos a exponer algunas de las chanchas y veintes en cuestión y finalmente no detendremos en la chancha "generación de energía eléctrica" (raro nombre para una chancha, pero el genial Fontanarrosa bautizó Nabucodonosor al chochan de Inodoro Peryra y a nadie le extrañó).
a)La primer chancha fueron las antenas repetidoras de telefonía celular. Y yo no discuto aquí la chancha: Quizás sean efectivamente dañinas para la salud de los humanos que viven en las cercanías, lo ignoro y no tengo la capacidad ni la información para abrir juicio. Y en tal caso deben ser prohibidas, eliminadas, derribadas, borradas de la faz de la tierra. Lo que resulta insoportable es ver como los mismos que disfrutan de los veinte (denominados en este caso celulares) piden a gritos la muerte de la chancha. Y hasta los he visto en Rosario en protestas contra las malditas antenas en las que los asistentes hablaban durante la protesta por sus celulares.Supongo que puede pedirse que la telefonía celular sea prohibida, y sugiero lo pidan a sus representantes. Pero lo mas inmediato, en el mientras tanto, es que los pataleadores dejen de usar celulares, con lo que hasta que se legisle sobre la prohibición disminuiría la cantidad de señales nocivas recibidas y emitidas desde las diferentes antenas. También se los sugiero.
b) La segunda chancha son las Pasteras. Este caso es de lo mas complejo, porque el manejo derechoso sobre Botnia fué tan cambiante que finalmente no sé bien que está mal y que está bien para la "opinión pública". Ustedes recordarán que al principio, como podía colaborar en el desgaste al gobierno, el corte estaba bien. Pero después el ejecutivo intentó responder a la protesta asumiendo su representación. A partir de allí el corte pasó a estar mal, y el gobierno también, puesto que lo permitia. Después se dieron cuenta que esta posición era demasiado boluda y lo que estuvo mal fué ir a la Haya (probablemente, aunque no lo dijeron, preferirían una guerra con Uruguay, que es chiquito así que capaz que esta vez nos salía bien).Sobre el corte dejaron todo en una nebulosa. De a ratos está bien, de a ratos parece que no.
Por suerte la postura de los culopaspados que hacen corte fué definiéndose mejor como chacarerosa y la opinión pública volvió a bendecirlos, y aquí estamos. (Ante posibles malentendidos de quien no haya leído las entradas anteriores, "opinión pública" es para mi lo que los poderosos, a traves de su sistema de medios, nos dicen que debemos opinar).
Al mismo tiempo, como el tema comenzó como una ¿razonable? inquietud Gualeguaichuna pero cayó como anillo al dedo para la operación destituyente 2008, Lilo Solanas no se preocupó mucho (creo que nada) por todas las pasteras existentes en Argentina, mas antiguas, con tecnologías mas antiguas y manejadas por empresarios argentinos (factor fundamental de riesgo), y en consecuencia verdadera y demostradamente contaminantes.
Y conste que hablo de contaminación, no de gueveo. El olor que largan las plantas de fabricación de papel, parecido a cocinar broccoli, es hinchacoco pero no nocivo, y es el principal impacto que los mediopelos de Gualeguaichú señalaban horrorizados y los periodistas porteños remarcaban con igual ignorancia o superior mala intención. Pero eso en Botnia solo sucede esporadicamente. Yo vivo hace muchos años a unos 10 kilómetros de la papelera de Capitán Bermudez (cerca de Rosario) y con viento norte todo ese tiempo me llegó el olor, hasta tal punto que suele despertarme cuando llega a la madrugada. (Para ser honrado debo decir que hace unos meses que no se siente o es muy débil, deben haber mejorado el filtrado de gases o no sopla viento norte). Pero hace unas décadas viví años cerca de Palpalá, en Jujuy, a mas de diez kilómetros de Celulosa Jujuy y vivía envuelto en ese delicioso aroma que me despertaba cuando llegaba en la madrugada.Y a la lista debemos añadir Celulosa Puerto Piraí y Papel Prensa, en Buenos Aires (y quizás debería añadir Papelera Masuh, y qizás haya alguna otra que no conozca) en casi todas las cuales la verdadera contaminación (no el olorcete) está probada. Y no ví a los gualeguaichinos hacerles cortes o incluirlas en sus peticiones.
Pero nos fuimos del tema (yo me fuí del tema), la chancha y los veinte. Recuerdo y me causa hilaridad (aunque no debería) imágenes televisivas de los piqueteros bienudos, occidentales y humanos, con semejantes carteles ¡De papel ! Con leyendas de ¡Fuera Botnia! ¿Usarían papel ecológico producido por ipies (diría el cana de Capussotto)?. Pero esto, con todo lo contradictorio que sea no lo es tanto como el conjunto de la actitud. Lo contaminante no es Botnia, o solo Botnia, sino la tecnología de producción de papel. Esta suposición es obligada, pues si se reputa como altamente contaminante la planta de última tecnología forzosamente lo serán aquellas de tecnología mas atrasada.Y si se pide el cierre de una debe pedirse el cierre de todas.
En consecuencia, los ecologistas gualeguaichinos, y todos los que coincidan, deben pedir a sus representantes que legislen sobre la prohibición del papel, a no ser que pretendan la chancha y los veinte. Mientras tanto, sugiero que se abstengan de su uso a título personal, lo que al mismo tiempo desarrollaría la artesanía de producción de papiros y pergaminos. No sé que tan buenos son estos productos, por ejemplo para papel higiénico. Podrían tal vez acudir en este caso al natural y ecológico marlo de choclo, ampliamente utilizado por los pueblos originarios que viven en armonía con la naturaleza.
Yo no los seguiré ¡Aguante el Higienol!
I' be back

4 comentarios:

Unknown dijo...

excelente entrada compañero!!! tal cual usté lo dice.

Hay un documental de Montes Bradley, "El gran simulador", sobre Gualeguaychú, donde palntea esto de los 20 y la chancha...

Ja, me encantó eso.

68 y contando (y van 75) dijo...

Gracias M. el Cnel, pero... será posible que siempre que pienso algo alguno me lo copia 2 años antes?

Anónimo dijo...

Estimado "68 y contando": permítame el 'estimado' después de leer tantos posteos suyos de un saque.

Comentario al margen, por más que este post tenga varios años, ya que yo recién lo veo: 'la chancha y los veinte' es por 'la chancha, los veinte chanchitos y la maquinita de hacer chorizos', o sea, todas, la prole para morfar tiernita y la chancha que es fuente futura de los mismos y la hechura de la manufactura.
Yo suelo comentar que hay quienes quieren más que eso: pretenden la chancha, los 20 chanchitos, la maquinita de hacer chorizos, el matadero, los camiones de distribución y los puestos de venta.
Esa es la posición de muchos ecologistas, en particular del Solanas, pero guarda que no son todos. Muchos son más inteligentes que eso y ven que esa postura de 'no hay porongo que les venga bien' tiene patas cortas cuando el interlocutor saca cuentas.

Por aparte: muy buena la serie de la maldita minería. resulta una fuente de argumentos cada vez que me encuentro con el tema. Se agradece.

Saludos y felicitaciones por el blog.
Ladislao

68 y contando (y van 75) dijo...

Ladislao: Agradecido por sus comentarios. Saludos