miércoles, 10 de julio de 2013
Vos me venís con cada historia…! (XII)
¡Este muchacho no tiene cabeza!
Hoy se cumplen algo así como 192 años de la muerte de Francisco "Pancho" Ramirez, el Supremo Entrerriano.
He visto por allí unas apostillas de homenaje en línea con nuestra actualidad revisionista y federal (bueno, nuestra es un decir, mía no). Y no cabe duda que éste era un federal de aquellos. Tan federal que creó la República de Entre Ríos.
Tan federal que anduvo a los tiros con otros ilustres próceres federales, cosa que hicieron todo el tiempo todos los ilustres próceres federales, que cuentan mas asesinatos entre sí que a mano de los salvajes unitarios.
Entre ellos anduvo a los tiros con Artigas al que hizo de goma en numerosos enfrentamientos, por eso me sorprendió Cristina cuando dijo que si hubiéramos aceptado a los diputados por la Banda Oriental seríamos Uno ¡Porque eran Uno con otros próceres Federales, hasta que se agarraban a sopapos los Unos y los Otros!
Cosas de nuestra historia. En este caso su historia tiene un ingrediente interesante, útil para exponer la necesidad de entrarle a los hechos sin ponerse la camiseta y salir a fustigar a salvajes unitarios o a bárbaros federales (según que camiseta uno elija ponerse).
A no ser que uno sea un cajetilla que viva de eso - un laburo tan cómodo y poco cansador- y viva bien, como Pacho o Romero, para citar uno de acá y uno de allá.
Y la historia que digo es que el Supremo Entrerriano terminó sus días aquí en Santa Fe parecido a como Vicente "Chacho" Peñaloza terminó los suyos allá lejos, en Olta, provincia (¿o república?) de La Rioja.
Todos hemos leído sobre lo bestial de su muerte, degüello y exibición pública de su cabeza y las bestiales expresiones de Sarmiento.
No sé si a propósito o sin querer nunca nos informan que esa bárbara costumbre era lo usual como castigo de alzados, salteadores y bandoleros (o simplemente vagos y malentretenidos, podría decir algún refinado caudillo de esa época).
Si sabemos que El Chacho se había rendido y eso torna aún mas brutal lo sucedido, si ello fuera posible.
Y aquí viene la parte interesante: El Supremo Entrerriano también se había rendido, o quizás no, pero lo cierto es que había sido tomado prisionero y a él también le rebanaron el balero y lo clavaron en una pica. Y por si esto fuera poco a continuación se lo enviaron a quien había ordenado su muerte que no era un porteño centralista cipayo unitario sino Estanislao López, caudillo (dictador le dirían en otros lados, pero aquí es pecado) de Santa Fe La Invencible. Que era un federal de laputamadre.
Y el Federal de laputamadre la conservó como trofeo en su escritorio durante mucho tiempo, según dicen algunos. Otros lo niegan ( bueno, uno solo, un descendiente suyo cuya autoridad histórica es mas o menos cero) y otros dicen que fué exibida en una jaula frente a la Gobernación en Santa Fe.
Pavada de brutos dirá usted. Y no le han mentido
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2 comentarios:
Por suerte la sarmientina "civilización o barbarie" triunfó y todos fueron felices...
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio (Serrat dixit)
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