miércoles, 13 de junio de 2012

Flatulencias


Multitudes quizá tan grandes como las que cacerolearon hace poco, o tal vez como las de esforzados “chacareros” que se volcaron a las rutas el otro día, esperaban seguramente mi regreso al blog.
O sea, poquititos bah, que macana.
Y esos seguidores aguardarán seguramente mis disquisiciones sobre el embate de la reacción con el dólar blue, o sobre como se desinforma (inclusive desde diarios casi K y agencias K) sobre Siria, entrando en el juego de la “Libiada” en preparación.
O sobre las perspectivas de la crisis capitalista mundial, cuyos capítulos mas truculentos aún no empiezan pero empezarán, yo lamentablemente no lo dudo.
Pero no escribiré sobre ninguno de esos temas. Me agrada sorprender (aunque reconozco que a menudo en vez de sorprender consigo espantar).
Voy a hablar sobre flatulencias.
Y no crean que es un tema liviano. Para darles una idea, a un promedio de 14 escapes cada 24 horas -que totalizan como 1 litro por día- los humanos (sin contar a los niños) producimos quizá cerca de unos cuatro mil millones de litros de flatulencias diarios, unos 1.460 millones de metros cúbicos al año que pesan probablemente algo así como ¡1 millón de toneladas!
Cualquier citadino que ha sido víctima de la cruel, artera y silenciosa agresión de un pedo de colectivo puede imaginarse que si uno sólo produce tal daño, ¡Que no harán al planeta mismo millones y millones y millones de ellos!
Quizá fue a partir de una reflexión de este tipo que numerosos científicos se han dedicado a investigar el daño ecológico del silencioso (a veces) enemigo. Pero después seguiremos con ese, que es precisamente el tema de la entrada de hoy.
Vamos a hacer ahora algunas observaciones de tipo sociológico. La flatulencia humana es en general mal vista en todos lados. Sin embargo la respuesta cultural varía. Todos hemos visto como los Yankis bromean con sus flatos abiertamente (así como con los eructos), de una manera que a muchos de nosotros nos resulta algo chocante.
Hasta tal punto resulta incorrecto aquí tomar naturalmente la ventosidad humana que en mi juventud solía decirse, para referirse a una conducta modosa y recatada, que era “discreta como pedo de señorita”. No sé si para bien o para mal (en este caso) las mujeres han conquistado derechos que les permiten expresarse con mayor libertad.
Ahora, yendo a la parte científica, digamos que pueden señalarse dos constituyentes principales del flato (para no decir pedo, que queda tan feo): El Metano y el Anhidrido Sulfuroso, el Sulfhídrico y compuestos asociados.
Al segundo grupo de constituyentes obedece el ahogamiento de los pasajeros de colectivo, pero es el primero, el Metano, que es “inodoro e insípido” como nos enseñaban en la escuela, el que resulta el verdadero enemigo.
También en mi juventud muchos varones ( por no decir todos) ensayamos o presenciamos alguna vez el experimento que pone de manifiesto la existencia de ese gas: Consistía en prender un fósforo, aproximarlo a la cola del emisor voluntario y observar como, al soltarse el gas, la llama aumentaba en forma notable su tamaño y brillo.
No creo que las juventudes actuales lo hagan. Primero porque no son tan boludas y segundo porque ya no existe el elemento técnico imprescindible para efectuar el experimento: La caja de fósforos Ranchera o 3 Patitos. ¿Qué habrá sido de ellas? ¿Existirán aún? Lo dudo. Los encendedores descartables Chinos las hicieron desaparecer, quizá para siempre.
Bueno; ahora sí, entrando en tema, los científicos –algunos- cayeron en la cuenta que el Metano es mucho mas nocivo que el anhidrido carbónico para la capa de Ozono, el Efecto Invernadero, el Calentamiento Global y todo el rollo.
Claro que así como los ciudadanos suelen echarle la culpa al gobierno aún de las cosas que son de su propia responsabilidad, los científicos le echaron la culpa a las vacas y no han considerado hasta hoy la parte que le toca al hombre, al menos que yo sepa.
Parece que los Argentinos (algunos, a mi no me miren) somos precursores en dimensionar el daño que producen esos estúpidos animales mientras los engordamos para comérnoslos, porque he encontrado esta noticia de 2008 en un diario Holandés.
Pero claro; no sólo las vacas pagaron el pato. Según Naciones Unidas, el sector ganadero es responsable en la actualidad del 18% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Esta cifra engloba tanto las emisiones causadas por la producción de piensos como las generadas por el metano que expulsan los rumiantes, entre los que se encuentran, entre otros, las vacas, las cabras, las ovejas y las jirafas y que generan entre 50 y 100 millones de toneladas cada año.
Así que como dijeron ovejas, y como Nueva Zelandia es un país ovejero, y como tiene plata para mantener zánganos, una pila de ellos están ocupadísimos desarrollando una vacuna para evitar que las ovejitas se tiren pedos con Metano.
Se me ocurre que si no lo logran intentarán desarrollar depuradores catalíticos para ovejas y allí veremos a los animalillos con tremendos filtros en el trasero para bien de la humanidad.

Pero claro, otros zánganos de Inglaterra -que estará recortando gastos por estar en recesión permanente ¡ pero no gastos en boludeces, faltaba más!- cayeron en la cuenta de que en la época de los dinosaurios buena parte de ellos eran herbívoros y que se debían rajar soberanos gasecillos, y ahí nomás comenzaron a pelarse las pestañas estudiando el tema para bien de la humanidad (algunas malas lenguas dicen que para su bien, nunca faltan los envidiosos).
Han llegado a la conclusión que eran tantos, eran tan grandes y se tiraban tantos y tan semejantes pedos que provocaron el calentamiento global del Mesozoico.
A mi me han despejado igualmente una antigua duda: En la Patagonia suelen encontrarse troncos de enormes árboles fósiles, restos de grandes bosques contemporáneos según creo a la proliferación de Dinosaurios en esa zona. Siempre me preguntaba porque casi siempre los vi tirados y ahora gracias a esos científicos Ingleses me llegó la respuesta ¿Se imaginan a un enorme animal de alrededor de 20 toneladas levantando la cola y disparando el ensordecedor trueno de un pedito en dirección a los árboles? No había sequíoa capaz de resistir enhiesta el vendaval terrible y el tronco caía vencido al mismo tiempo que seguramente muchos pequeños animales morían asfixiados a su alrededor, como pasajeros de un arcaico colectivo.
En fin, que empezaron a entusiasmarse con el Metano y ahora también le echan la culpa del Triángulo de las Bermudas, producto según ellos de una especie de flatulencias de la misma Tierra, peditos santos de la Pachamama, como diría seguramente un originario o un Juez de la Corte Suprema.
Y no vayan a pensar que me río de la ciencia. Por el contrario, le tengo un gran respeto. Lástima que la hacen científicos.


Algunos que están al pedo. Y otros que parecen estar en pedo. Es al pedo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja, como me reí con esta entrada.
Que forma de volver tan... inesperada la que elije. Interesante y extraña. No sabría decir en que proporciones.
No queda más que decir que le damos (doy?) la bienvenida de nuevo a su blog. Ya era hora que volviera, que el polvo no se limpia solo (y los olores tampoco).

Salutes. Fiorde.

PD: con la colilla a Libia me ha tranquilizado. Antes creía que mi indignación con el tratamiento del tema era solo cosa mía. Ahora se que solo somos 2.

68 y contando (y van 75) dijo...

Hola Fiorde, gracias, me alegro que te gustara. Con relación a Siria y Libia, Ganando Amigos opina igual, en Pajaro Rojo he visto opiniones similares y cuando lo de Libia El Fusilado emitía parecidos conceptos.
Así que somos varios. El peso de la desinformación es tan fuerte que nos hace sentir solos. Lo mismo sucede con relación al gobierno K, la campaña de la reacción produce igual sensación pero somos muchos. saludos

El Padre Tereso de la Ruta dijo...

Faaa! Con que temita se metió para el regreso.Mire,yo le doy mi opinión: para mi esto del calentamiento global antrópico tiene muy mal olor.Y los fósforos siguen viniendo,los 3 Patitos desde siempre y ahora volvieron los Ranchera, pero para mi decepción en la versión "de seguridad", es decir que sin la cajíta no sirven.
Los otros eran mucho mas prácticos y se podían llevar solo unos pocos en el bolsillo y encenderlos raspando contra casi cualquier cosa.En fin,a la larga los dioses van a terminar haciéndole devolver a Prometeo lo que les hurtó.Ya vamos en camino a juzgar por las nuevas tendencias "crudiveganas" en la alimentación.Ya no se conforman con comer pasto, además tiene que ser crudo.Porca miseria.

68 y contando (y van 75) dijo...

Gringoviejo, gracias por el dato de los fósforos.Aunque usar fósforos en estos tiempos ya es un quemo.
Saludos