jueves, 20 de octubre de 2011

Hoy un juramento... mañana una traición (¿tango?)


Disquisición sobre lo que pasa en un lado y las enseñanzas para otro lado



Estoy hace unos días en un sitio en el que me cuesta acceder a Internet y en el que sólo puedo ver Canal 9, América y Canal 13
Pero no quiero hablar de mi sufrimiento (prueben a ver exclusivamente esos canales y sin internet, verán que no es pavada)
Así que estoy escribiendo esta entrada sin saber si podré subirla, pero sintiendo la necesidad de expresarme.
Acabo de enterarme del asesinato de Kadafi, culminación de la atroz intervención de los Amos del Universo. Mis opiniones sobre el tema las fuí volcando en la serie etiquetada "Libia" y no abundaré.
Pero sí quiero referirme a un aspecto que es útil para entender también nuestra realidad.
Acabo de ver la parcializada o mejor dicho cipaya y venenosa información del 13 en relación al hecho y a la embajada Libia en nuestro país.
Ya flameaba sobre la misma la bandera monárquica que Cadafi reemplazó en su momento y
el movilero (pichoncito de turro) señalaba alborozado que los empleados de la embajada expresaban su satisfacción por el asesinato y el aseguramiento del poder por parte de los delincuentes apañados por la OTAN, e incluso reporteó a uno en cámara.
Y lógicamente al turrito no se le ocurrió interrogarse (e interrogarlos) acerca de la actitud rastrera, traidora, acomodaticia y falta de valores éticos y morales que implica el haber estado representando al régimen ahora vilipendiado durante años, aceptando en consecuencia sus políticas, estrategias y valores por pura conveniencia egoísta, evitando confrontar, o cuando menos no participando en el aparato de ese Estado, mientras el régimen fuera fuerte y mientras los dólares de sus sueldos y prebendas fluyeran seguros.
Y es necesario entonces recordar que éstas son solamente pequeñas ratas. Ratas enormes ya habían defeccionado y se habían acoplado al nuevo régimen títere en formación, como el comandante del ejército Libio (que después fuera cagado a tiros democráticamente por otros "liberadores" por un quítame allá esas pajas, como dicen los gallegos). Y también el actual capo del CNT (o no, que todavía están tironeando poder entre ellos y no sé como está hoy la tabla de posiciones)
Los procesos transformadores -sin entrar a considerar la justeza o no de sus postulados o la profundidad de sus objetivos-, sobre todo cuando surgen de improviso, por cirscunstancias coyunturales que lo permiten, sin una estructura decantada de soporte estructural e ideológico, están sometidos a esta amenaza: la de contener como un tumor oculto numerósos enemigos solapados, que acompañan por motivos rastreros y egoístas el proceso pero siempre prontos a aprovecharse del mismo y a cambiar de montura y lo que es peor, a traicionarlo en cualquier momento.
En nuestros pagos la grandeza de estadista de Néstor consistió, entre otras cosas, en su habilidad para conducir y dominar a esa recua y conseguir que trabajaran para el cambio e impedir sus sabotajes.
Se le escapó Cobos y supo -o supieron,él y Cristina- manejar la situación, pero el peligro es la cantidad de ellos que aún siguen (y no hablo de "transversales",¿capice? ).
Y he aquí mi profunda reflexión gatillada por la terrible pero no menos esperable noticia de hoy, como aporte a mis conciudadanos:
¡Ojo al piojo!

1 comentario:

Jose dijo...

Esto va a terminar como en Irak, Libia en poder de las compañias privadas que van a "recosntruir" lo que destruyeron la OTAN y sus "fuerzas rebeldes" locales, y por si a alguno no le gusta protegidas por "empresas de seguridad privadas" (eufemismo por "mercenarios") y, por supuesto, cobrarán sus servicios de "seguridad y reconstrucciòn" con millones de barriles de petroleo....