miércoles, 27 de julio de 2011

Pensándolo bien (XI)





El problema agrario





(4c) La orientación del tipo de capitalismo agrario conveniente

La problemática de los agricultores pequeños -casi siempre arrendatarios- en las últimas décadas del siglo XIX y hasta mediados del XX presentaba dos aspectos centrales, diría yo: La abusiva carga del arrendamiento y el atraso técnico (en mecanización, ensilaje, semillas, fertilizantes, agroquímicos) que en conjunto imposibilitaban una adecuada apropiación de plusvalía por parte de los arrendatarios. Todos conocemos la historia del grito de Alcorta y el surgimiento de estructuras de sindicalización capitalista como la Federación Agraria y otras para mejorar las condiciones de este sector empresario.
Y puede decirse que tales condiciones mejoraron en lo referente al arrendamiento y se produjo el pasaje a la categoría de propietarios de muchísimos en las décadas siguientes, pero el atraso tecnológico continuó a lo largo del tiempo, en la medida en que los capitalistas agrarios de los países centrales se acoplaban a la operatoria capitalista general que aumenta permanentemente la importancia del capital fijo y el aprovechamiento de los desarrollos tecnológicos a fin de mejorar su competitividad y apropiación de renta, respaldados aquellos por jugosas subvenciones y políticas proteccionistas de sus estados (si; no hacen y nunca hicieron lo que nos predican).
Este atraso relativo en el caso argentino, que persistió hasta la década del setenta, puede acreditarse a estos aspectos explicativos:
Por un lado las características sociales atrasadas de los pequeños capitalistas agrarios, con el arrastre de un gran atraso cultural importado desde sus lugares de orígen y continuado en las generaciones inmediatas. La residencia en pequeños núcleos poblacionales agrarios realimenta y refuerza las taras culturales de los pequeños capitalistas agrarios, fenómeno que recién en las últimas décadas con el desarrollo de las comunicaciones y las facilidades carreteras y de transporte ha cedido algo a la modernidad.
Por otro lado a una ubicación equivalente a la del pequeño capitalista industrial, que debido precisamente a su escaso capital y a la dificultad de acceso a crédito o a su obtención en condiciones mas onerosas que las obtenidas por las grandes empresas, pierde gradual y continuadamente su capacidad de competir e innovar a manos de aquellas.
La introducción de maquinarias (siempre de valor importante) y tecnología, genera el requerimiento de un aumento de producción al igual que al producir cualquier mercancía. Esto es así para poder distribuir la amortización y el gasto operativo en una cantidad mayor de producto de manera que el costo final unitario (en este caso, de la tonelada de grano) sea menor que si no se hubiera introducido la mecanización, ya que esta es la única razón que el capitalista atiende para la mecanización; no la humanización del trabajo o la mejora del producto en función social sino la mayor apropiación de renta.
En el específico caso de la agricultura la mayor escala de producción implica necesariamente la explotación de un área mayor de terreno. Como éste representa justamente en el sector social que hoy analizamos un bien escaso, se presenta aquí la contradicción fundamental entre las exigencias del desarrollo productivo moderno y la forma de propiedad de un importante porcentaje de la tierra disponible.
Decíamos en la entrada (IX) con relación a la oligarquía ganadera que "la importancia individual de sus posesiones fué decreciendo producto de las subdivisiones hereditarias a través de varias generaciones. Veremos mas adelante que este fenómeno modificó también el panorama de la tenencia entre los colonos y agricultores medios". Y efectivamente, como contrapartida al pasaje del arrendamiento a la propiedad de la tierra en numerosísimos casos se produjo la partición de los terrenos en virtud de acciones sucesorias a lo largo de por lo menos 2 generaciones.
Para entender la importancia de este hecho que generalmente se nos escapa, pensemos que si cada generación tuvo tres descendientes (tasa de natalidad y sobrevida usual) la tierra del matrimonio original deberá distribuirse en la segunda entre nueve herederos, lo que en la práctica significa el fin de la rentabilidad para la explotación de los predios resultantes para esta escala reducida de superficie original.
El daño a la utilidad de la cosa puede ser de tal magnitud que el fenómeno está contemplado en el artículo 2326 del Código Civil, que establece que " no podrán dividirse las cosas cuando ello convierta en antieconómico su uso y aprovechamiento. Las autoridades locales podrán reglamentar, en materia de inmuebles, la superficie mínima de la unidad económica".
¿Cómo resolver esa contradicción? Existen varias vías que han operado en la práctica real.
1- El arrendamiento.
Si, sorprendentemente las víctimas de ayer reproducen las prácticas de sus victimarios hoy. El arrendamiento usual se daba hasta hace relativamente poco entre pequeños o medianos propietarios, lo que significaba que uno alcanzaba el área económicamente competitiva y el otro pasaba a la condición de rentista. Cito textual a un tratadista: " diversos estudios en localidades agrícolas de la región pampeana señalan que alrededor del 50% de las explotaciones, entre las que existe una mayoría de propietarios pequeños y medianos, ceden sus tierras total o parcialmente para ser trabajadas por productores con alto grado de mecanización y/o pooles de siembra, (Cf. Villagra y Prividera, 2010; Urcola, 2011)".
El tema del arriendo por empresas y pooles de siembra lo tocaremos con mas detenimiento mas adelante.
2-La complementación con tareas externas.
Algunos, los mas apegados a una cultura de productor campesino, aceptan producir obteniendo una renta insuficiente y la completan con otras ocupaciones ( talleres mecánicos, comercios, unidades para fleteo de carga, etc).
Según estudios en la tercera parte del total de EAP (Empresas Agropecuarias, denominación censal del INDEC) del país existe actividad remunerada extrapredial del productor y en más de la mitad de ese tercio trabajan con remuneración de tipo salarial.
3- La venta.
O bien entre herederos o bien a terceros. Esta operatoria tiende a reconstituir superficies rentables o resulta en muchos casos en un proceso de concentración de la tierra similar al proceso de concentración del capital que sucede en las demás ramas de la economía.
4-La cooperativización.
La clase de los propietarios agrícolas es reacia a encuadrarse en instituciones cooperativas (como cualquier clase de propietarios de bienes de producción, pero reforzado en este caso por las pautas culturales campesinas).
Se ha intentado llevarlos por ese rumbo desde épocas antiguas. Según un tratadista "el Ministerio de Agricultura, a instancias de Emilio Lahitte (Director de Economía Rural, aclaro yo), envió a Europa un agente para que estudiase las cooperativas de Francia y Bélgica, y su aplicación a las condiciones argentinas. Se dirigieron circulares y una masa de propaganda a todos los corresponsales del Ministerio en las provincias, con detalles minuciosos sobre la organización y funciones de las cooperativas. Durante los años 1904 a 1907, de prósperas cosechas grupos informales de chacareros comenzaron a reunirse para comprar máquinas e implementos directamente a Estados Unidos o Inglaterra. En la zona de Bahía Blanca algunas cooperativas se dedicaron a excluir a los agentes cerealeros y acopiadores de las transacciones vinculadas con el trigo. Pero el movimiento no prosperó. Los desfalcos cometidos por varios tesoreros liquidaron a algunas instituciones cooperativas."
Según el Censo Nacional Agropecuario de 2002, en la provincia de Buenos Aires menos del 8% de los productores está asociado a entidades gremiales y poco más del 14% a cooperativas.Pero por otra parte las cooperativas intervienen mas bien en la etapa de acopio y comercialización, nunca o casi nunca en el proceso productivo mismo, que es lo que supondría una alternativa superadora .
Existirían (datos de 2007) alrededor de 1000 cooperativas con 30000 socios, aunque activas 490 Permítaseme dudar de los datos que transcribo, extraídos sin embargo de estudios de especialistas. En todo caso la adhesión es formal pero no activa y aún así se me antoja exagerada la cantidad de adherentes.
Sea como sea las cooperativas activas según las mismas fuentes presentan predominio de entidades que se dedican al acopio y venta (58,4 %). Solamente pocas entidades brindan alguno de los servicios de laboreo agrícola relacionados con siembra (el 7,7 %), cosecha (el 7,1 %), aplicación de agroquímicos (el 11,8 %) y tratamiento fitosanitario (el 4,9 %).
5- La contratación de servicios externos para las diferentes tareas del campo
He aquí la alternativa que junto con el arrendamiento (punto -1-) constituyen el encausamiento preponderante de las propiedades de pequeña o mediana magnitud.
El cuadro a continuación refleja la magnitud y evolución en el tiempo de la contratación de servicios.

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Se concluye que dos tercios de las hectáreas implantadas y el 72% de la superficie cosechada es realizada por los prestadores de servicios agropecuarios. Si a ello le agregamos que gran parte de los sembradíos se efectúan en campos arrendados por pooles a pequeños y medianos propietarios, no podemos sino concluir en definitiva que los explotados de ayer son rentistas de hoy, personas que en gran medida no efectúan ninguna actividad socialmente útil.
Su renta proviene exclusivamente de poseer la propiedad del suelo.
Yo no soy Peronista, pero adhiero sin embargo a un apotegma que dice "La tierra debe ser del que la trabaja, y no del que vive consumiendo sin producir a expensas del que la labora.” J D Perón

¿Quedó claro? ¿Sí? Entonces mejor hago mutis por el foro antes que vuelen los botellazos y en la próxima corono el punto.
Arrivederchi

1 comentario:

Antonio (el Mayolero) dijo...

Muy bueno, lo vengo siguiendo y lo invito a pasar por www.elblogdelmayolero.blogspot.com donde vengo contando mis testimonios de esas épocas.