martes, 8 de diciembre de 2009

El Mediopelo (V)

Pensaba dar por terminadas mis reflexiones sobre el tema en el capítulo anterior. Sin embargo, como las telenovelas, si el rating anda bien se agregan capítulos indefinidamente. Y ya he tenido un lector, esto pinta bien, así que seguimos.
Decíamos en el capítulo (IV) que la horda mediopelo, por instinto de autodefensa, aborrecerá toda asistencia destinada a mejorar las posibilidades de las hordas competidoras, aquellas que si mejoran le disputarán el "territorio" (los negros, bah, para simplificar el asunto).
Este comportamiento explica clara y contundentemente su antiperonismo, en el pasado, y su antikirschnerismo, hoy, dado que este movimiento, fracción, partido, sector, tendencia (¿Que carajo sería?; dejémoslo ahí) se reivindica como adalid justamente de esa horda competitiva.Bueno, una parte de este movimiento, fracción, partido, sector, tendencia, porque tiene otra parte muy gorda que le cae muy bien al mediopelo.
Pero también explica otro imaginario típico, identificador, del mediopelismo: Su enamoramiento fanático por la enseñanza privada.
Si hay algo que conspira contra el mantenimiento de la ventaja relativa que el instinto le señala al mediopelo como valor fundamental, eso es la escuela pública.
La escuela pública iguala las oportunidades de su prole con las de la prole de los inferiores. Esto es un decir; en realidad su prole dispone de mejor aporte proteínico, acceso a libros, revistas o internet, alojamiento mas acogedor y ayuda de sus progenitores con formación escolástica. Pero el instinto de horda es fuerte y desconfiado, así que odia, desprecia y desvaloriza la escuela pública.
Quizás no haya creencia mas estúpida, alejada de la realidad, de incorrección mas demostrada, que la supuesta superioridad de la educación privada.Pero eso no importa, porque esa superioridad es fijada por el instinto de horda, intentando restringir el acceso de la horda competitiva y reputando como superior su acceso preferencial.
Así que ahora podemos explicar sus tonteras:No son tonteras, son instintos, los instintos no pueden medirse en función de su validez lógica.
Creo que ahora sí, esto no dá para más. El intríngulis es: Esto es lo que hay, así es como funciona,¿Como hacemos para convencerlo de que piense de otra manera?
¡Ah no, a mi no me miren!. No puedo estar en todo, pero escucharé gustoso sus sugerencias.
¿Hola?...¿Hola?....¿Hay alguién ahí?......¿Hola?
Mejor me voy a ver a Mirtha

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Una pequena pregunta 68: como se aplicarian todos estos conceptos dentro del contexto peruano?. En donde reside la fuerza del 'factor mediopelizante' en la Argentina y a que se debe que no sea tan virulenta en las tierras de Evo?

68 y contando (y van 75) dijo...

Anónimo:le erraste al país, te referís a Bolivia.En efecto, el peso social del mediopelo es mayor cuanto mas desarrollada es una sociedad (es un producto del aumento de la productividad, producto y causa, ésta, de la aplicación de nuevas tecnologías)
En Bolivia el componente de agricultura de subsistencia o pequeña es muy importante aún, de allí el apoyo indígena (en nuestro país en cambio casi toda la agricultura alcanzó el desarrollo capitalista, justamente ésto produce la expulsión de la población agraria, o sea los negros)
El desarrollo industrial, asimismo, es mucho menor que el nuestro.
Cuando el proceso que conduce Evo logre el desarrollo (si no lo matan antes los oligarquitos) Bolivia se llenará de mediopelos
¡Ahí van a saber lo que es bueno!
Los mediopelos disponibles, igual que aquí ya apoyan el golpismo, cualquier medida que reponga la democracia (o sea, un golpe, un asesinato del indio maldito, algo)

Unknown dijo...

Que bueno encontrarme con su blog compañero!!! ya m elo adjunto para seguirlo...

Anónimo dijo...

68: disculpe el error. Era tarde, me dolia la cabeza, y despues de todo, en el fondo yo tambien estoy un poco afectada de mediopelismo.
Disculpas y aclaraciones hechas, ahora 68 espero su respuesta.

68 y contando (y van 75) dijo...

Manuel el Coronel:¡Me alegra su visita!(Nos encontramos ya en muchos otros "boliches cibernéticos")
Anónimo:Está perdonado/a.Yo me olvidé la dentadura postiza en la mesada anoche, un descuido lo tiene cualquiera.Es así nomás, el mediopelo Boliviano es tanto o más virulento que el nuestro.Sólo los salva a nuestros hermanos bolitas (cariñosamente) el hecho que por su atraso tienen pocos, como te decía.

Eduardo dijo...

La horda de trabajadores peronistas son los que miran a Mirta y a Tinelli.
El mediopelo lo considera grasa.

El medio pelo tampoco tiene un "fanatismo por la educion privada". Tiene un fantasimo por la educacion. Punto. Y sabe, como principal consumidor de este servicio en el pais, donde esta la mejor educacion.
Cuando la educacion publica era buena, el medio pelo la consumió con gusto.
El problema es que la horda de peronistas, son incapaces de reconocer la decadencia de la educacion publica.

6 post para escribir las mismas boludeses y lugares comunes de siempre que tienen los peronistas sobre la clase media.
Aunque sea, hubieses buscado (y con pensar con honestidad intelecual alcanza) alguno argumento nuevo...

Andrés dijo...

Excelente, 68

Muy buen desarrollo. Lo que describís de la educación es tal cual.

Hay muchos detalles para compartir, que acumulé en mis años de trabajo hasta hoy, donde otros criterios adicionales a la educación surgieron para fortalecer el sentimiento de horda de acceso exclusivo (barrio donde vivis, color de piel, expresiones faciales, manejo de ciertos códigos de expresión, pautas de consumo, etc), ya que la educación dejó de ser una barrera absoluta para el acceso de los "indeseables".

Ese sentimiento de pertenencia a la horda está íntimamente ligado a la identidad de la persona. La clave entonces es proveer una alternativa de formulación identitaria al mediopelo, pero esa alternativa tiene que ser muy holística, abarcar muchos aspectos de la vida (nucleo social de interaccion diaria, patrones de consumo, publicidad y mensajes de aspiraciones deseables a realizar, etc). No puede ser un mero slogan.

Quizás esa sea una punta más del ovillo de la madeja a desenrollar.

Saludos,

Andrés