sábado, 31 de agosto de 2013

Alea jacta est


El Premio Nobel de la Paz Obama Bin Laden acaba de hacer oficial su órden de ataque a Siria.
No se sabe donde puede terminar todo esto (de allí las vueltas de alguno de sus peoncitos europeos) por la probable extensión de la beligerancia a Israel -el niño mimado del Amo del Universo (versión en negativo)- Arabia Saudita, Quatar e Irán. Y los problemas de abastecimiento de combustibles a los amos y súbbditos que ello implicaría.
Pero todo eso es especulativo. Lo que no es especulativo es la masacre Siria que fué pergeñada, alentada, solventada y armada por el mismo que hoy atacará o por sus sirvientes, socios o cómplices.
Y hoy por suerte puedo señalar una parte buena por la fijación de la postura Argentina al respecto.
Cuando lo de Libia, el acto 1 de la tragedia que hoy continúa, nuestro gobierno adoptó una postura vergonzosa y cómplice, primero por el silencio (lo comentaba aquí) y luego por la aceptación denigrante de las resultantes de la agresión, según pueden ver aquí.
Nuestro gobierno (me refiero al ciclo K) ha tenido un correcto desempeño en las relaciones exteriores a nivel de Hispanoamérica, pero en lo que hace al resto del mundo dejó mucho que desear.
Hoy en cambio ha dado un giro a esa postura, que espero continúe y se profundize en el futuro. El comunicado de cancillería merece ser leído; aquí va:

La situación en Siria y las Naciones Unidas

Jueves 29 de Agosto de 2013
Información para la Prensa N°: 215/13
La Argentina, que en la actualidad está ejerciendo la Presidencia del Consejo de Seguridad, hace pública su posición ante la fuerte posibilidad de una intervención militar extranjera en la República Siria.
La posible utilización de armas químicas, prohibidas por la comunidad de naciones, en Siria, añade un elemento de gravedad inexcusable que obliga a todos los Estados a comprometerse para encontrar una solución a la crisis.
La Argentina ha demostrado con acciones su firme compromiso con la no-proliferación y la eliminación de las armas de destrucción masiva. Nuestro país es Parte de la Convención sobre Armas Químicas y es un activo impulsor de la destrucción de estas armas y propicia evitar cualquier forma de su desarrollo. La utilización de armas químicas letales en todas sus formas es un crimen de guerra y de lesa humanidad. Tanto los gobiernos como los grupos armados insurgentes que hayan hecho uso de dichas armas deben ser juzgados y castigados por la Justicia, específicamente por el Tribunal Penal Internacional.
Por eso apoyamos decididamente la investigación puesta en marcha por el Secretario General y esperamos contar con resultados contundentes, transparentes, objetivos e imparciales a la brevedad.
Argentina, junto a toda América Latina, ha sido enfática en la defensa del principio de no intervención militar extranjera. Ante la negativa de los Estados Unidos para aplicar la doctrina Monroe en defensa de Venezuela, que sufría un bloqueo naval por potencias europeas en 1902, la Argentina impulsó una nueva doctrina en contra del intervencionismo militar. La doctrina Drago, en honor a su impulsor el Canciller Luis María Drago, que comenzó atacando la intervención por tema de deudas evolucionó como principio general, ello a partir de la experiencia que indica que las intervenciones militares libradas a decisiones unilaterales es uno de los elementos más disruptivos de la seguridad internacional.
El surgimiento de las Naciones Unidas como órgano garante de la paz fue un avance fundamental que es necesario profundizar. En línea con lo expresado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la responsabilidad de proteger civiles para justificar la intervención militar unilateral o por medio de alianzas circunstanciales puede dar lugar a que se abusen de los valores de paz y seguridad y se termine atacando precisamente los valores que se dice defender. No sumemos nuevos horrores a los horrores que ya sufrimos.
En este contexto, la Argentina se opone a una intervención militar. La intervención militar extranjera en forma de respuesta automática a la utilización de armas químicas sin siquiera esperar a que las Naciones Unidas determinen si se utilizaron y quienes las utilizaron, implica una derrota del sistema multilateral y un menosprecio a su sistema legal.
Volvemos a reiterar el concepto que las Naciones Unidas no serán eficaces mientras los poderosos crean que sólo los débiles deben cumplir sus resoluciones.
Para la República Argentina, no están dadas las condiciones para una solución militar extranjera ya que a pesar del tiempo transcurrido y de cientos de miles de víctimas, no se han puesto en práctica los mecanismos previstos en el derecho internacional. Nuestro país considera que operaciones militares extranjeras no harían otra cosa que agravar la situación, aumentarán las víctimas y el riesgo de derrame de la tragedia humanitaria a otros países de la región se acrecentará.
En este espíritu, es importante también reconocer que la provisión de armamentos a las partes en conflicto, lejos de definir la contienda, ha contribuido a multiplicar la sangre derramada por cientos de miles de inocentes.
No se puede seguir proveyendo de armas a las zonas en conflicto y luego sentarse en este recinto para lamentarse que hay muertos. No se puede lamentar que haya muertos y decir que la solución ante la muerte es aumentar el número de muertos.
A la vez, la República Argentina no permitirá que la Naciones Unidas acepten resignarse a observar como se masacran civiles con armas químicas. La gravedad de la situación debe admitir la posibilidad de una intervención humanitaria sin fines ni medios militares y con mandato de la ONU. Sostenemos que en el supuesto en el que un miembro permanente del Consejo ejerciera el veto para impedir una intervención humanitaria no militar, quedaría una vez más plasmada una situación descripta por la presidenta de la República hace pocas semanas en el Consejo de Seguridad al decir que “cuando en la gestión de conflictos aparece el derecho de veto, la solución se torna mucho más difícil y por momentos imposible. Por lo tanto creemos que sería necesario revisar el funcionamiento de las instituciones en general de Naciones Unidas y en particular del Consejo de Seguridad.”
Si ello no es posible a través del Consejo de Seguridad, es tiempo para que la Asamblea General tome cartas en el asunto.
Nuestro país propone otorgar el mandato necesario al Secretario General para definir la autoría de la masacre derivada del uso de armas químicas, y desde el conocimiento de lo sucedido debatir una eventual intervención humanitaria y diplomática avalada por la Asamblea General.
La República Argentina y otros países latinoamericanos sostenemos que en caso que exista una oposición a garantizar la asistencia y el acceso humanitario en Siria por parte de uno o más miembros con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, se debería convocar a la Asamblea General a fin de resolver esta situación.
Sin duda, llegar a esta instancia dejaría al desnudo que el consejo de Seguridad está contaminado por el juego de intereses de un pequeño grupo de países que, ejerciendo el “privilegio” del veto, vuelven a este órgano no sólo ineficaz sino irrelevante para la paz mundial.
Existen las herramientas para hacerlo.
En 1987 la Asamblea General aprobó la Resolución 42/37 sobre la prohibición de utilización de armas químicas y bacteriológicas, por la cual solicita al Secretario General de las Naciones Unidas llevar adelante investigaciones en respuesta a posibles usos de este tipo de armas, que pudieran constituir una violación del Protocolo de Ginebra de 1925 y otras leyes internacionales, para comprobar los hechos e informar sus resultados lo antes posible a los Estados miembro de la ONU.
Finalmente, otra opción es que los 15 cancilleres que representan a los países miembros del Consejo de Seguridad se convoquen ya mismo en Siria para exigir el cese de la violencia y el inicio de un diálogo entre las partes en conflicto.
En síntesis, la República Argentina propone el embargo de armas, una intervención humanitaria liderada por el Secretario General, una reunión de emergencia de la Asamblea General o la acción en el terreno del conflicto de los cancilleres miembros del Consejo de Seguridad. Lo que Argentina jamás propondrá, ni avalará, es una intervención militar extranjera. El gobierno y el pueblo argentino no serán cómplices de nuevas muertes.

Información para la prensa Nº 215/13
Dirección de Prensa de Cancillería: 4819-7375 / 8296 / 7388
www.cancilleria.gob.ar


En fin:Esta tragedia continuará. Es reconfortante poder decir algo bueno pese a todo.

2 comentarios:

profemarcos dijo...

"Amo del Universo (versión en negativo)", Ja! Que linda manera de decirle... ¿afroamericano?

Anónimo dijo...

La confianza barbara en el Congreso y algunas cosas sospechosas...
"La Habana, 31 de Agosto de 2013


Se aproxima a las costas sirias buque con marines estadounidenses
• Inspectores de la ONU concluyen investigación en Siria

Washington.— Centenares de infantes estadounidenses se aproximan a las costas sirias a bordo del buque USS San Antonio, de acuerdo con información difundida por la cadena televisiva CNN.

Los marines forman parte de la 26 Unidad Expedicionaria (MEU), integrada por más de 2 200 militares, que disponen de capacidades de operaciones terrestres y aéreas para intervenir en áreas de conflicto en plazos relativamente breves.

La MEU está formada además por el buque de asalto anfibio Kearsarge, actualmente en el golfo Pérsico, y el de de-sembarco Carter Hall, que se mantiene en el océano Índico.

Sin embargo, el Pentágono aseguró este viernes que estas fuerzas no forman parte de los planes para una eventual operación contra Siria, que se prevé realizar sin el empleo de unidades terrestres y solo con cohetes crucero Tomahawk, de largo alcance, a bordo de buques norteamericanos en áreas aledañas al territorio sirio, añadió la CNN.[...]"
Diario digital Granma (Cuba) SP