domingo, 23 de septiembre de 2012

Pirulos, Patria y Poema


Hace un tiempo que no escribo. Incluso pensé hace unos días que las masas salían a cacerolear porque pedían mi regreso, pero no.
Ocurre que hace poco cumplí mis primeros 71 añitos (o pirulitos) y comenzé un período de meditación como si fuera un discípulo de Sri Sri Ravi Shankar. Sobre todo medité sobre como conseguir 20 palos de donaciones como él. Pero no cabe duda que no tengo su sabiduría, porque no conseguí juntar ni un mango.
En fin.Mientras continúo pensando qué quiero ser cuando sea grande, hablemos de temas varios.
Se cumplen 200 pirulos del combate de Tucumán, donde el General americano Manuel Belgrano derrotó al General americano Pio Tristán.
Como bien sabemos Belgrano, como la Junta, decía obedecer a Fernando VII (aunque no aceptaba a la Junta de Cadiz), mientras que Pío Tristán por el contrario decía obedecer Fernando VII.
Probablemente se debió al hecho de que Belgrano era americano, no como Tristán, que era americano.
Es interesante pensar como los pueblos necesitan endiosar momentos en los que montones de hombres sufrieron, temieron, mataron y murieron en un espectáculo infernal, para afirmar su identidad como pueblos.(A continuación parte de ellos cacerolean pidiendo que la yegua se muera y que a los negros de ese pueblo hay que matarlos a todos y todo eso, pero no asombrarse, son las contradicciones normales).
Sea como sea, algunos plasman genialmente en poemas esas cosas que no termino de entender y entonces aquí les repito (ya lo puse el 1-12-2009) este poema de Borges que es un poema.

Patria

Nadie es la patria, nadie.
Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba
de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce
por el tiempo.

Ni los otros que miran
desde el mármol,
ni los que prodigaron
su bélica ceniza
por los campos de América.

O dejaron un verso
o una hazaña, o la memoria
de una vida cabal,
en el justo ejercicio de los días.

Nadie es la patria, nadie,
ni siquiera los símbolos.
Nadie es la patria,
ni siquiera el tiempo

cargado de batallas,
de espadas y de éxodos
y la lenta población de regiones
que lindan con la aurora y el ocaso,

y de rostros, que van envejeciendo
en los espejos que se empañan,
y de sufridas agonías anónimas
que duran hasta el alba.

Y de la telaraña de la lluvia
sobre negros jardines.
La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo

(si el Eterno espectador
dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y negro relámpago de olvido)

Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros,
de ser lo que ignoraban: argentinos,

de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones.
La justificación de aquellos muertos;

nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.
Nadie es la patria, pero todos lo somos.

Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.

Y entonces 71..y contando

2 comentarios:

profemarcos dijo...

¿de 68 y contando a 71?

68 y contando (y van 75) dijo...

Bueno, los años han pasado. O será por la inflación