lunes, 16 de enero de 2012

Civilización y barbarie

















Hace un tiempo escribí sobre una práctica absolutamente bárbara de nuestras "clases educadas" -las que son etiquetadas como "la civilización"- que me horrorizaba. Pueden verlo aquí,
Hoy hay otra noticia degradante para la condición humana, producida por los catalogados como "la barbarie" migrada a las ciudades, es decir ex integrantes de comunidades pastoriles emigrados a las ciudades o descendientes de los mismos que conservan esa cultura.
Lo reproduzco a continuación, pero pueden verlo en su orígen aquí.

(Cliqueando sobre la foto podrán verla mejor pero no mucho)
Y finalmente pude anoticiarme a través de la televisión pública de un evento inhumano absolutamente en el que se dan cita, confluyendo alegremente en la unidad al fin lograda del ser nacional, la "civilización" y "la barbarie".
Me refiero al festival de la doma, creo que en Jesús María, donde bárbaros paisanos vagos y malentretenidos someten a numerosos caballos a una increíble violencia mientras la civilización aplaude alborozada y muchos siguen el denigrante espectáculo en sus TV.
Hasta los gallegos ¡Y mire que es mucho decir! han prohibido las corridas de toros, por ahora sólo en una de sus "regiones autónomas".
¿No seremos nosotros capaces de desterrar esa tremenda cultura de adoración de lo retrógrado -o sea del gauchaje y sus inhumanas prácticas y divertimentos- y declarar la prohibición de ello?
¿O se supone que sería una agresión al ser nacional?
Si así fuera, me cago en el ser nacional.

5 comentarios:

Antonio (el Mayolero) dijo...

Eeeh amigo! no se me ponga tan fundamentalista, yo, por ejemplo miro el festival de Doma por TV porque formo parte de la hinchada de los caballos... Eso si; sin sonido porque las apelaciones al coraje y la "gauchicidad" de los locutores me supera, por no hablar de los payadores.
Y fíjese el contraste; a los ganadores les entregaron los premios, uno de los cuales consistía en ¡una motocicleta!

carlos dijo...

¡Y yo que creía ser raro, hago exactamente lo mismo! Siempre soy hincha del caballo.
Agrego otro contraste; Jose Hernandez en el Martin Fierro describe al indio como domador así:
Jamás le sacude un golpe
Porque lo trata al bagual
con paciencia sin igual
Al domarlo no le pega,
Hasta que al fin se le entrega
Ya dócil el animal.
¡Y los llamaban salvajes!.
Saludos.-

68 y contando (y van 75) dijo...

Antonio: Pido diculpas, lo escribí a la mañana y los jovatos solemos levantarnos medio chinchudos.
Carlos: Lo que dice es muy interesante, porque aparte del aspecto humanístico que me llevó a escribir lo que escribí existe otro aspecto que es la construcción del gaucho como arquetipo (nuestro "cowboy con facón") generada durante las luchas ideológicas (y armadas también) entre los diferentes grupos de las clases poseedoras que competían por el poder en el siglo XIX.
Y resulta que usted resalta un hecho que desnuda que el paisano adoptó costumbres europeas o del español, entre ellas la forma bestial de domar y tratar al caballo (lo que sería una especie de coloniaje mental muy burdo) mientras el indio adoptó técnicas mas humanas de trato al animal(aunque no lo hizo así por humanismo seguramente)
La doma sin violencia ha sido reportada en varios relatos históricos así que la doy por cierta (no así si sólo dependiera del Martín Hierro, que fué el orígen del arquetipo de nuestro cowboy con bota`e potro y en consecuencia no me merece mucha fé.

profemarcos dijo...

Recomiendo ver a los Forzadores Portugueses... mano a mano con el toro...

Antonio (el Mayolero) dijo...

Lo mas curioso del caso es que a ningún paisano en su sano juicio se le ocurriría domar así a un caballo que se va a usar para trabajo. El caballo se amansa desde potrillo "de abajo" o sea sin que el jinete lo monte. Se lo va acostumbrando a la presencia del hombre, quitandole las cosquillas, y tranquilizandolo. De a poco se va cargando el recado sobre su lomo, en un proceso que lleva meses, hasta que llega a soportar el peso del jinete como lo mas natural. Cada avance en su aprendizaje tiene una contrapartida de gratificación, que generalmente consiste en algo de azúcar, o unos granos de sal gruesa. Es decir, que en la vida real, el paisano doma como el indio. Lo que vemos es solo un espectáculo donde el caballo ha sido precisamente entrenado para eso. Espectaculo curiosamente apreciado por los que jamas harían eso con un animal que montarían a diario, y otros tantos que desconocen absolutamente de que se trata el asunto.
Talvez por aquello de que la mano es mas rápida que la vista, miran y no ven que es solo un espectáculo. Que de paso sirve para conmover a las almas bellas por los 30 segundos que dura la monta...