viernes, 22 de julio de 2011

Pensándolo bien (X)






El problema agrario





(4b) La orientación del tipo de capitalismo agrario conveniente

En las primeras décadas de vida independiente coexistían por un lado las zonas periurbanas donde se desarrollaba la agricultura en pequeña escala y las grandes extensiones dedicadas exclusivamente a la ganadería.
La agricultura en la zona pampeana y mesopotámica era sobre todo hortícola, con escasa producción cerealera, a tal punto que la zona de Cuyo (Mendoza y San Juan) era la principal zona productora de trigo en la época colonial y siguió proveyendo de harinas al área de llanura, conjuntamente con la importación, hasta que ambas perdieron importancia recién alrededor de 1870.
La oligarquía no tenía interés en sembrar. Se daba un caso inverso al actual, porque la rentabilidad de los cueros y el tasajo y posteriormente de la lana (y podríamos decir; su inveterada inclinación a la vagancia) no la impulsaban a encarar esa actividad.
Así que el impulso para la actividad agrícola de escala provino de los sectores intelectuales o comerciales en funciones de gobierno, comenzando con Belgrano, Rivadavia, Vieytes, etc que pergeñaron estrategias de largo aliento mediante la cesión de tierras para tal fin , la inmigración y la formación de colonias o asentamientos.
Al mismo tiempo comenzaba el reemplazo de la ganadería ovina por la bovina para producción de carne destinada a la exportación y los oligarcas encontraron un nuevo filón: el arrendamiento de parte de sus tierras, que por un lado les producía ingresos excentos de todo esfuerzo o atención (su sublime inclinación) y por el otro dejaba a su término como resultado el mejoramiento de las pasturas para su posterior uso ganadero (los pastos naturales al decir de los especialistas eran duros y no aptos para el engorde de ganado vacuno por regla general, mientras que solían recibir los campos arrendados no sólo mejorados sino inclusive hasta sembrados con alfalfa como obligación contractual).
Es interesante acotar también que las primeras experiencias de colonias no fueron muy exitosas. La primera, en Montes Grandes (no me pregunten donde quedaba eso), pese a estar constituida por la elevada raza superior de Escoceses duró solo un lustro, de 1825 al 29. Otras muchas vegetaron conformadas por Suizos, Estadounidenses y otras razas superiores. Y ya fueran de superiores o inferiores (Españoles, Italianos, etc) la actividad puede decirse que solo se afirmó con la llegada del ferrocarril.
Así fué que a partir de 1890 mas o menos Argentina pasó a ser exportadora de trigo (no de harinas, siempre arrancamos mancados).
Escucho o mejor dicho leo repetir a menudo una teoría (si mal no recuerdo perteneciente a Scalabrini Ortiz) acerca del malvado diseño del sistema ferroviario destinado a concentrar en el puerto de Buenos Aires la mercadería para exportar a Inglaterra. Yo mismo la repetí hasta que caí en la cuenta que se trata de otra mas de nuestras usuales tonteras.
Aquí no sucedió que había una producción y el ferrocarril se hizo para llevársela. Fué el ferrocarril el que permitió -se puede decir que generó- la posibilidad misma de esa producción y con ella el desarrollo económico del país (mal o bien apropiado o distribuído, esa es otra cuestión y es lo que sí debe discutirse)
Cualquier producción agrícola en escala superaría largamente la necesidad interna de consumo (así sigue siendo hasta hoy) y su objeto sería entonces el intercambio. Nuestros ríos no eran navegables para grandes unidades (hoy sigue siendo un parto mantener su navegabilidad hasta Rosario) y el puerto mas cercano, el que naturalmente recibió el asentamiento humano inicial costero era Buenos Aires (que es otro puerto de morondanga por sus posibilidades de acceso).
Así que algunos ven como una retorcida y antinacional maniobra lo que en realidad es el resultado lógico de una problemática y una estrategia de actividad económica.
Aquí tenemos ya la oligarquía ganadera y arrendataria, los colonos, los arrendadores y las puteadas que me dirigirán por plantear cosas diferentes a lo que pensamos usualmente los Nac&Pop, los progresistas, los zurdos y los nazionalistas (¿y los peronistas, se preguntarán ustedes?; a no, peronistas somos todos, dijo el General).

Buen momento para parar hasta la próxima entrada.

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