miércoles, 8 de junio de 2011

Pensándolo bien... (VIII)



El problema agrario







(3) Los "Pueblos originarios"
Decíamos al comienzo de esta serie de entradas que las mismas tratarían sobre " la lenta transformación y absorción de las formas sociales y de las explotaciones agrarias tradicionales por la sociedad urbana moderna, o dicho de otra manera: el reemplazo de los modos de producción, las relaciones sociales y las formas culturales atrasadas precapitalistas del agro por las de la sociedad moderna capitalista urbana".
Por si no quedó claro: en mi opinión el ineluctable destino de las formas culturales del agro es la desaparición.
Yo diría que desde hace 5000 años, con la aparición de la primer ciudad conocida (Ur, en la mesopotamia) comenzó una contradicción entre el agro y la urbe, la explotación agraria y la manufactura, que se ha desarrollado sin solución de continuidad en estos cinco milenios.
Pero es la introducción de las formas capitalistas de producción -que comenzó a principios del segundo milenio en Venecia, Milán, etc pero que alcanzó su verdadera dimensión a partir de la revolución industrial- lo que ha decretado finalmente la primacía de la urbe sobre el agro.
Y es la evolución de las comunicaciones de la útima década del siglo XX la que dió el golpe de gracia a la viabilidad del manteniniento de modos arcaicos de relaciones sociales.
Vamos a volver sobre esto en el punto siguiente en relación a las modalidades del proceso de producción, pero ahora define mi posición ante los pueblos originarios: No se trata de ver como se preservan sus hábitos culturales, sino de ver la mejor manera de integrarlos en tanto habitantes a la sociedad moderna.
Y ello implica como condición necesaria la extinción de sus formas culturales atávicas.

Solamente se trata entonces de ver la manera menos traumática de manejar un proceso que aclarémoslo, se dará sí o sí, que se está dando en los hechos, independientemente de que lo consideremos bueno o malo, lo queramos o no lo queramos.
Para una mejor comprensión del fenómeno debemos establecer la importancia y las modalidades culturales de nuestros "pueblos originarios".He aquí algunas cifras:
Unos 600000 habitantes se reconocen indígenas, alrededor del 1,6 % de la población.
Solo unos 179000 viven en comunidades, el resto está integrado.
La cantidad de mas de 5 años que habla en el hogar la lengua materna es de alrededor de 55000 habitantes.
Mas de la mitad de la población argentina tiene mestizaje con aborígenes. Muchísimos o bien lo desconocen o bien prefieren fingir que lo ignoran.
(cifras según ECPI -encuesta complementaria de pueblos indígenas INDEC 2004-2005)
Unas 60 etnias han desaparecido, integrándose los habitantes por mestizaje a la comunidad argentina.
A la llegada del gallegaje había en el actual territorio Argentino basicamente tres escalones o estadíos de desarrollo productivo a los que corresponen los tres tipos de culturas "originarias" presentes hoy: (1) Grupos cazadores- recolectores, (2) Grupos pastoriles y (3) Grupos agrícolas.
A grosso modo puede decirse que hoy en el sector Noroeste y Centro del territorio están presentes grupos de tipos (2) y (3) -que normalmente desarrollan actividades productivas de ambos tipos- , en el sector centro-sur y sur grupos del tipo (2) y en el Noreste grupos del tipo (1).
La adaptibilidad a la sociedad moderna es proporcional al desarrollo de las formas sociales: El grupo (1) corresponde al neolítico, el (2) a principios de la edad del bronce y el (3) a la edad del hierro (aunque nunca desarrollaron esa habilidad propiamente, los clasifico por analogía).
En consecuencia debemos esperar mas problemas para integrarse naturalmente a los naturales del Noreste y del Centro-Sur/Sur y eso es efectivamente lo que ocurre.
Dejemos en claro que sus culturas están altamente contaminadas por nuestra sociedad; es común verlos en sus ceremonias milenarias calzados con Adidas y gorras de raperos, o utilizando vajilla de aluminio o loza propia de la sociedad industrial..
Pero la principal contaminación es su pedido de propiedad de tierras. El derecho de propiedad es propio de la sociedad moderna y es inexistente en las culturas aborígenes. Se hace necesario remarcar que la ocupación de territorios acudía en la época "originaria" al recurso del garrote: El que pegaba mas fuerte se acreditaba la ocupación. Y no originaba plazos para el goce del beneficio; al primer descuido recibiría a su vez un garrotazo originante de la cesión de derechos.
El equivalente "originario" del título de propiedad era la cabeza o los pies del anterior beneficiario exibidos a las puertas de la choza, como describían espantados los conquistadores (que luego cortaban las manos a todos los hombres de una tribu -como hizo Cortez- o hacían desaparecer pueblos enteros, pero esa es otra historia).
Lo contradictorio no es que soliciten un derecho basado en el Código Civil sino que lo fundamenten en que los responsables de la vigencia de tal código son descendientes de quienes les arrebataron las tierras mediante la legislación del garrotazo mas fuerte, lo que corresponde a lo aceptado en su propio modo cultural y en consecuencia no puede ser utilizado como fundamento.
¿Significa esto que me opongo a que se les reconozca la propiedad de las tierras que ocupen efectivamente? En absoluto. Pero debe basarse en nuestro (que debe ser también de ellos) derecho: Usucapión o posesión veinteañal. No es necesario y no corresponde inventar formas jurídicas que no corresponden ni a la filosofía de nuestro derecho ni a la aplicada de hecho por las culturas originarias, con lo que violan ambas formas culturales.
Porque si empezamos con esto habrá que juzgar a inocentes habitantes de comunidades mapuches o tobas por los robos de ganado desde la Colonia y por las cautivas, y por destrucción de propiedad privada cuando hacían malón y esto no terminaría mas y sería muy boludo, pero hace juego con el planteo sobre propiedad que usan. Como enseñan los jesuitas la reducción al absurdo puede mostrar claramente la incorrección de un argumento.
Resumiendo y redondeando: La estrategia debería ser:
a) Regularizar derechos de propiedad sobre las tierras, logicamente sólo cuando medie la ocupación prolongada efectiva de las mismas. Si esto queda librado a la acción de los caudillejos provinciales está condenado al fracaso.Pruebas al canto: Formosa. De nuevo el benéfico influjo del federalismo, una de las grandes boludeces nacionales.
b) Educación bilingüe garantizada, no para que conserven su lengua sino para que entiendan la nuestra y con ella nuestra cultura, lo que terminará cambiando su cultura y arrumbando su lengua al arcón de los recuerdos (o no, pero ya no importará como escollo a su integración).
c) Urbanización, urbanización, urbanización.

¿Ah, no está de acuerdo? Espere que encuentre las boleadoras y que le juego que lo convenzo

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