Me salió un versito (XLVIII)

Escribí estos versos al cumplir 49, como un interogatorio crítico de lo vivido hasta tan tardía edad. Hoy que ya tengo 73 no me interrogo y no me critico.
Los años no me han enseñado que eso sea incorrecto, para nada.
Pero si me enseñaron que es al cohete.



Diecisiete mil ochocientos noventa y siete días

Diecisiete mil ochocientos
noventa y siete días
realmente me parecen demasiados.
Muchos son los peldaños
que he subido
para encontrarme al fin
que sigo abajo.
¿Qué estuve haciendo yo
todo este tiempo,
mientras echó sus flores
el naranjo,
mientras goteó el rocío
entre las hojas
y adornó con estrellas
al esparto?
¡En cuantas ocasiones golpeó el viento
la melena amarilla de los álamos,
desnudó tamariscos y perales
y derramó el otoño por los campos!
¡Cuantos atardeceres se murieron,
sin que me diera vuelta a contemplarlos,
y cuanta luz de estrellas he perdido
que pude haber tenido entre las manos!
¡Cuantas veces ha llamado la llovizna
golpeando queda sobre mi ventana:
“ven a ver como vuelvo al verde, verde
y adorno con mi tul esta mañana.”!
¿Cómo no vi que el sol deja en las uvas
una pequeña astilla de sus rayos?
¿Y cuantos al espiar entre el follaje
sin sospecharlo yo me habrán tocado?
Cuarenta y nueve veces sonó al mundo
el concierto coral de los veranos,
los agudos de grillos y cigarras,
el grave de palomas y de sapos.
Y yo buscando el sol
entre los rayos,
andando siempre, sin cesar
andando.
Pisoteando los tréboles jugosos,
apartando las flores con la mano.
sin ver a los chingolos que bebían
parloteando felices entre el pasto,
o la danza vital de los gorriones
picoteando las flores del durazno.
Hoy hasta creo que entendí tan poco
que poco es nada
para tanta vida.
Tal vez mi andar a tientas
fue bajada,
aunque el sudor mintió
que era subida.
¿Qué he dado al mundo yo
que se compare
al torpe trino
de un gorrión, siquiera?
¿Qué dejaré que pueda ser semilla,
cómo dejan los pinos en la tierra?
Aquel sol que busqué
sigue tan lejos.
como si nada hubiera caminado,
pero la sombra es larga
y en la sombra
mi huella está,
si alguna hube dejado.