sábado, 29 de marzo de 2014

Raúl Gonzalez Tuñón


Nació el 29 de Marzo de 1905, cuando despuntaba el siglo XX. Y vivió los sueños de muchos de los de aquella época (los mismos o parecidos que yo soñé).Los sueños que el fin del siglo vió morir.El murió antes.
Fué militante comunista y estuvo en la España de la Guerra Civil. De ese dolor es el segundo poema. De su humanidad sin tiempo, es el primero.

EL CABALLO MUERTO
Media noche. Sobre las piedras
de la calzada hay un caballo muerto.
Aún faltan cinco horas
para que venga el carro de “La Única”
y se lo lleve. Ese caballo viejo,
hedoroso de sangre coagulada,
ese pobre vencido, fue un obrero.

Un hermano del pájaro, un hermano del perro.
Fué el hermano caballo que anduvo bajo el sol,
que anduvo bajo el agua, que anduvo entre los vientos
tirando de los carros
con los ojos cubiertos.

Fue el hermano caballo.
Ninguno irá a su entierro.


LOS OBUSES
Una muerte, la muerte,
se alimenta a la noche de cadáveres suyos.
Olor dulce, horroroso, que fermenta la pólvora,
su digestión violeta se acompaña de estruendo.
Por la mañana un viento desprevenido
lleva la muerte vomitada por la boca redonda.
Son los obuses.

Cargados de relámpagos, navajas, ambulancias,
sobre una soledad de evacuación distante
pasan rozando las últimas veletas
de enloquecidos gallos ciegos ya silenciosos,
pasan sobre negocios llenos de nadie
buscando un hospital y el corazón de un niño.
Son los obuses.

Cargados de mentira, de miseria, de metralla,
como una enorme M de miedo y muerte oscura.
Son los obuses.

Yo vi el árbol desnudo, el foco abierto,
la reventada piedra, el vidrio herido,
la sangre todavía
como no se ve nunca en los museos
ni en los teatros.
Son los obuses.

Son las panteras del aire desatadas
que vienen de la selva de acero y pólvora amarilla,
la muerte hecha pedazos buscando la inocencia
y su paloma.
Son los obuses.

Una mitad de novia contra el balcón ardido,
Sus manos, ya lejanas, estrelladas, perdidas, estrelladas;
luego la masa sola del niño y el caballo,
la muerte por la boca redonda vomitada.
Son los obuses.

¡Que lo parió!

1 comentario:

profemarcos dijo...

Vencer a la muerte desde la palabra.