miércoles, 6 de enero de 2010

Me salió un versito (XIII)

Nos tomaremos unos días de relax antes de seguir con el tema minería. Para matar el tiempo, poemas.

Oda a los ignorados

Al oscuro guijarro en cuyos bordes
nace el rumor alegre del arroyo.
A la sepulta raíz que a los cipreses
les permite ser gráciles y airosos.
Al olvidado tallador de piedras
que en su lejana esclavitud Menfita,
haciendo monumentos a la muerte
nos legó monumentos a la vida.

A la maestra sola en Cochinoca
y al pastorcito solo en los Menucos.
A los que para que otros vistan seda
visten tan solo tristes mamelucos.
Al minero que roba a los infiernos
cada día, de piedra gris y barro,
el oro que corona las cabezas
y el hierro que conforma los cacharros.

A lo oculto que tiene lo evidente,
a lo opaco que tiene lo brillante,
a lo humilde que tiene lo pomposo
y a lo quieto que ayuda a lo rampante.
A lo ignorado en fin, sin cuya vida,
sin cuya muerte aún, no existiría
lo bello, lo famoso, lo evidente
(Que en llantos mil se amasa cada risa).

Solo por los que llenan las trincheras,
solo por los que mueren en batalla,
pavonean los fatuos generales
con el pecho adornado de medallas.
Como el ánfora es porque es el barro,
desde la sombra surge lo que alumbra
¡Ah, la adorada luz! Y sin embargo
solo vale la luz porque hay penumbra.

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